Participación y Desarrollo: el Caso del Fondo Minero
- alberoce6
- 1 jul 2022
- 2 Min. de lectura

Para David Weimer y Alan Vining, una política pública no es otra cosa que un consejo que se da a un cliente, una propuesta que hay que ejecutar bajo pedido.1 Para llevarla a cabo correctamente se necesita, en primer término, una definición clara de lo que se busca; después, generar escenarios, tanto positivos como negativos, evaluar dichos escenarios y escoger la opción que consideremos la más idónea para resolver una problemática colectiva.2 Esto, que en principio tiene una lógica formal, en los hechos no es tan sencillo para realizar. Al menos, en sociedades donde los intereses políticos predominan sobre la racionalidad colectiva. Para el economista norteamericano y premio nobel (1993), Douglass North, lo esencial era entender las reglas del juego en una sociedad y analizar cómo realmente operan.3 Esto es, no ser crédulo, sino analítico de cómo son las cosas efectivamente, lo que en ciencia política se conoce como Real Politik. En este mismo sentido, el economista español Carlos Sebastián declaró a un diario español que: “El Estado clientelar desprecia el talento al favorecer no a los mejores, sino a los que están más cerca de un grupo económico o del poder político... Una sociedad alejada de la meritocracia, y como consecuencia, con trabas a la competencia y con un marco regulador sesgado y hostil al emprendimiento, genera un tipo de empresario que valora más la cercanía al poder que la calidad de la gestión y la organización de su empresa, y eso condiciona su demanda de factores de calidad”.4
Esta realidad política o Real Politik es algo que todo diseñador de políticas debe tomar en cuenta desde del diseño mismo, lo cual es cierto, puede en un dado caso desvirtuar el análisis técnico, pero le evitará algunos problemas al momento de aterrizar la propuesta. ¿Es lo existente lo correcto?No necesariamente, pero en la implementación es mejor ver lo posible que lo ideal, para evitar decepciones y fracasos.
Para Aaron Wildavsky, el éxito de la política se determina con una evaluación hecha para la implementación, es decir, saber corregir a tiempo. Esto es muy importante, ya que supone que el proceso de la política no es algo terminado, de una vez y para todos los tiempos, sino si se detecta un error, se tenga la capacidad de virar y corregir el rumbo. Wildavisky maneja las preguntas ¿Qué? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Por qué? Para darle un sentido a la evaluación de políticas. Pero hay una pregunta muy importante que destaca entre todas, el ¿Para quién?
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